DESDE EL SALVADOR...
«La necesidad de interconexión no se detiene, no nos detiene la separación, no nos detiene el control autoritario, el control de masas no nos detiene, el miedo a nuestra propia especie, no nos detiene, el mercado del arte, la bolsa de valores, las casas de
subasta ni el presupuesto de la nación, no nos detiene el cierre de las instituciones culturales, no nos detiene la soledad y el silencio de la noche; no nos detiene la adversidad: la adversidad nos da la fuerza para cohesionarnos, para validarnos en este llamado de acción por la vida, por las prioridades que mueven nuestra composición ósea, la fascia, la entraña, el vehículo de transformación, la mente y el corazón.
Hacemos un llamado al cuerpo performático al cuerpo que lucha por lo que cree, por lo que soñamos, por lo que denunciamos y señalamos como insostenible, obsoleto, impositivo o impune, hacemos un llamado al cuerpo performático por todo aquello que es indescifrable, inconsciente, intangible; por la complicidad sutil, por la belleza de las cosas, por la ausencia que nos desgarra, por la ternura que nos impulsa, por la ironía y el sarcasmo que nos transmuta las agallas, nos saca tres cabezas y una cola que
se arrastra en el espacio de nuestro imaginario absurdo; por las ganas de experimentar y aprender nuevos códigos de comunicación, nuevas similitudes, nuevas convergencias y entablar diálogos con nuestra naturaleza orgánica, ontológica; por esos pequeños rituales ancestrales que nos permiten resignificar la cotidianidad desde un presente incierto en constante mutación sistémica, reinvención y cambio.
Desde aquí ¡convocamos!»
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Alexia Miranda