Este festival nace a partir de una necesidad de cohesión (no institucionalizada) entre los creadores de performance de la región latinoamericana. Desde la sede de El Salvador, se suman artistas invitados que a lo largo de su trayectoria han explorado con/en el cuerpo discursos que cuestionan las relaciones contemporáneas de poder dentro del medio artístico, el ejercicio de ciudadanía, los simbolismos y sus arraigos así como las limitantes de las territorialidades. En paralelo, se abre una convocatoria pública para interactuar con otros actores de la escena artística-creativa sin delimitar disciplinas ni edades. Lo que interesa a los participantes de la sede de El Salvador es aportar con acciones performáticas que se integren de manera coherente al espítiru liberador y propositivo de esta convocatoria regional.